sábado, 19 de marzo de 2016

Objetivo ¡¡¡la cima!!! Kilómetro Vertical de Alto Sil. Por Jorge

Para los no entendidos en el tema quiero hacer una definición de lo que es un kilómetro vertical. Un kilómetro vertical son 100 tíos (hombres y mujeres, claro) corriendo 4 kilómetros como si no hubiese un mañana para alcanzar la cima de una montaña, es decir, para LOCOS, y todo esto con nieve hasta la cintura, casi ná!!!

Todo este lío ya comenzó el viernes con el viaje Vigo-Vega de Espinareda, donde nos alojábamos. Nos instalamos en Casa Ana (sitio muy recomendable por el trato y por la comida). En esta ocasión fuimos Iago y yo, ya que no queríamos meternos un madrugón el sábado.

El sábado nos levantamos temprano (tomándonos un copioso desayuno) y nos desplazamos hacia la salida de la prueba. Allí nos encontramos con el resto de los Coutadas, y todos juntos vamos a recoger los dorsales.


Saldríamos entre las 9:38 y las 9:46 (el más tempranero Berto y el más retardado este menda).


Empieza la carrera!!

Empezamos subiendo (cómo no!!!) por la ladera de la montaña, en un principio por un sendero con piedras que duraría aproximadamente 500m. A continuación, la tónica de la carrera fue nieve y más nieve. Había mucha nieve, y tenías que subir por las pisadas que habían dejado los compañeros que habían subido antes, ya que si pisabas fuera de las pisadas te hundías hasta la cadera.

Seguimos subiendo y la cosa no pintaba bien. Cada vez la pendiente era mayor y todos subíamos como podíamos (unos echando espuma por la boca, otros con la boca abierta... un espectáculo!!) Eso sí, siempre de muy buen rollo con los compañeros que iban pidiendo paso si iban un poco más fuerte que tú.

Casi llegando a la cima, la pendiente era mayor, pero entre que mirabas la meta y el aliento que te daba la gente, los últimos metros para mí fueron los mejores, y conseguí mi objetivo entrando en meta corriendo.

Por fin!! Esto se acabó y no dio tiempo a saborear la victoria, porque solo dio tiempo a beber un vaso de isotónico porque hacía un frío que pelaba.



Bueno, ahora tocaba bajar (no nos íbamos a quedar allí) y la bajada, como dicen los vecinos portugueses, iba a ser EPICA.

Bajar por la ladera de una montaña nevada y con un desnivel importante no iba a ser fácil. Los resbalones eran continuos y las "culadas" la tónica de la bajada, pero bueno, llegamos todos sanos y salvos.


Para acabar solo quedaba la entrega de premios y disfrutar todos juntos del ambiente que reina en estas pruebas, y de la buena comida que nos prepararon los organizadores.





Ahora toca descanso y mañana más...!

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