martes, 19 de mayo de 2015

ULTRA TRAIL PICOS DE EUROPA 16-05-15

De nuevo un gran número de Coutadas nos habíamos liado en una aventura unos meses atrás, casi sin saber donde nos ibamos a meter. Como muchas otras veces, esta empezaba casi con un "no hay h......", y al final el liante se escaqueaba de venir a sólo una semana de la fecha. 


Esta vez nos esperaban los Picos de Europa, y de los que fuimos, salvo Dani que ya había competido el año pasado en el Aneto, el resto creo que no nos hacíamos a la idea de lo que nos esperaba, por mucho que hubiesemos estudiado el  perfil, las zonas por las que pasaríamos y las cifras de kms y desniveles, esto era una montaña de verdad. Ya nos ibamos haciendo a la idea de la dureza cuando daban 7 h como tiempo estimado para el primero y que aún sería capaz de bajar.

Así que despues de tanto tiempo de espera y planificación, el día anterior a la prueba madrugabamos  para llegar con tiempo, comer tranquilos e incluso poder descansar un poco antes de ir a Benia de Onis, lugar de salida de la carrera, a recoger los dorsales y pasar por el control de material. En esta aventura nos acompañaría Luis, y le tocaría vivir un fin de semana Coutadas a tope, lo cual fue un placer. Pero la cosa no sería igual si todo saliera como planeamos, así que por una avería mecánica comimos en Arriondas y allí, a las afueras del pueblo ya podíamos apreciar un paisaje diferente al que estamos acostumbrados, con montañas que nos lo iban a poner difícil. 

Una vez arreglado el percance, llegamos a nuestro destino, a 5 minutos de Benia de Onis, y despues de descargar todo ya fuimos a recoger los dorsales para la carrera y pasar el control de material.
Allí nos encontraríamos con Luis y Laura, que habían venido por su cuenta y que al día siguiente, junto a Nando y Mariano, correrían el Trail Picos de Europa con una distancia de ya 33 km.
El resto estabamos mentalizándonos para meternos los 50 kms y más de 4000 D+ que nos esperaban en el UTPE.



Por allí vimos unas cuantas caras conocidas del Club Boimorto y del Club X-Trail Vigo, por lo que parecía que estabamos en casa. Además, este viaje me traería alguna alegría, como fue encontrarme a mi amigo Fernando que hacía cosa de 18 años que no veía y que competiría en el TPE viniendo de Cantrabria.


Tras el trámite obligatorio de recogida de dorsales y control de material, ya nos fuimos a donde estabamos alojados para descansar un poco del viaje antes de cenar e hidratarnos bien ante una carrera dura como nos esperaba mañana.

Recordad que la falta de hidratación te puede arruinar una carrera como esta.



Esa noche tocaba acostarnos pronto, ya que al día siguiente madrugábamos y necesitaríamos todas las fuerzas para una dura jornada, aunque creo que por los nervios dormimos todos más bien poco.

Así que llegado el día, allí estábamos en la primera edición del Ultra Trail Picos de Europa, Alfredo, René, Diego, Rubén, Dani, Nardo, Jorge, Lolo, nuestro compañero de viaje Luis y un servidor

Aún tendrían que esperar una hora más para salir nuestros compañeros en el TPE, pero ahí estuvieron para darnos ánimos antes de la salida.


Unos primeros metros por asfalto que pronto se convertiría en una subida por un sendero cerrado y que lo haríamos lentamente por la acumulación de corredores. Un respiro que buena falta nos hará para el resto de carrera y que en esta primera parte la haríamos todos juntos, salvo René que haría su propia prueba con un muy buen resultado final, así que fuimos ascendiendo poco a poco y de momento la cosa era una fiesta.
Subíamos a ritmo tranquilo, pasando de largo el primer avituallamiento de La Berruga y poco después ya podíamos ver a lo lejos lo que nos esperaba, mientras subíamos una gran rampa de gran desnivel justo antes del avituallamiento de Camba, a unos 1100 m de altitud. Justo ahí nos pasaban los primeros clasificados que participaban en la prueba que salía despues de la nuestra, ¡vaya forma de subir!.  

Despues de una parada para reponer fuerzas, comiendo y bebiendo algo, seguimos y pronto correríamos por algún prado sin dejar de ver a lo lejos lo que nos esperaba. 
 

De momento aún no habíamos perdido el sentido del humor. Como cambiaría el cuento unos cuantos kilómetros despues!!!!!!!
Seguiríamos esta parte de la prueba coincidiendo por el sendero de Gran Recorrido GR 202 que nos llevaría por paisajes espectaculares dentro del Parque Nacional de Los Picos de europa.





A partir del km 15 empezaría de verdad la carrera. Ahí se acabó el paseo y en los siguientes 5 km descenderíamos 1000 m de desnivel por senderos entre rocas y piedras sueltas. El equipo de cabras del Coutadas bajaría con buen ritmo y yo optaría por hacer un descenso más relajado. 
Quedaban aún los peores kilómetros por delante y ya había tenido unos cuantos sustos, así que viendo como otros caían delante de mí preferí bajar sin arriesgar. Por esa zona ya nos cruzábamos con gente entrenando y daba miedo verlos bajar. 
A media bajada todavía, ya me había quedado sin agua con un calor que ya me resultaba agobiante, y eso que aún faltaba lo peor.
Cuando ya me acercaba al avituallamiento de Culiembro, aún desde lo alto, ya tenía unas vistas espectaculares de la Ruta del Cares. Ahí abajo me esperaba el equipo, que había aprovechado para reponer fuerzas y llenar los sistemas de hidratación, sin dejar el cachondeo. 
Teníamos ahora 2 km por la impresionante  RUTA DEL CARES
 antes de llegar a la brutal Canal de Trea, atravesando el desfiladero que sigue el rio Cares, algo digno de ver y desde luego que habrá que volver para hacerla completa y sin tanta prisa.











 Sabía que en breve llegaríamos al inicio de la temida Canal de Trea, sin aún saber lo que me esperaba de verdad. Eran 3,79 km con un desnivel + de 1280 m, algo que jamás había hecho y que pronto iba a saber lo que era el infierno, en donde hacían un cronometraje para el "Trofeo Especial km Vertical del Trea". Me había intentado hacer una idea comparando otras carreras verticales en las que su distancia era entre 5 y 6 km para salvar entre 800 y 1000 m de desnivel +, pero esto fue terrible. 
Al inicio llegamos juntos y ya dejé que ellos subieran a su ritmo, mientras yo me lo tomaba con más calma. Ya apretaba el sol  y yo intentaba seguir un ritmo cómodo. Miraba hacia arriba y no se veía el final, pero aún 

 podía ver a los Coutadas, aunque ahí ya sí que tenía pensado hacer mi carrera e intentar gestionar lo que faltaba lo mejor posible. Pronto alcancé a Nardo, el cual estaba tan hecho polvo como yo y ya hicimos la subida juntos parando a descansar cada media hora. Eran los pocos momentos en los que podíamos apreciar la grandiosidad de esas montañas aún nevadas en sus partes más altas. 

 Y lo que son las casualidades y la demostración de que el mundo es un pañuelo, mientras subíamos, nos adelantaban subiendo corredores que no eran de la prueba y que estaban entrenando, al igual que nos cruzábamos bajando con otros, y en uno de esos cruces con dos chavales, bajando como dos auténticos corzos, de nuevo una cara conocida de otro colega con el que compartí unos años trabajando fuera de mi tierra, ahí en el medio de la Canal, en el medio de las montañas. Desde luego me quedé con su consejo de dejar de entrenar por la playa jajaja. 

                           






 Un saludo Miguel y al Grupo de Montaña Ensidesa de Áviles.

La subida se nos hizo interminable y fue hasta peligrosa en algún tramos teniendo que trepar por las rocas para poder continuar. Ya nos contarían luego los percances que sufrieron más de un corredor que no pasarían de unos vómitos o alguna insolación por la hora a la que el sol pegaba más fuerte. De nuevo me volví a quedar sin agua antes de llegar al siguiente avituallamiento y el calor no me lo puso fácil tampoco. Casi llegando, en la parte más alta todavía veríamos nieve que nos pondría el llegar un poco más difícil.


Despues de más de 2:30 h interminables, Nardo y yo conseguimos llegar al refugio de Vega de Ario, no sin soltar numerosos cagamientos durante toda la subida, y allí encontraríamos al resto del equipo donde hacía bastante tiempo que estaban descansando, y nosotros nos tomaríamos unos minutos para avituallarnos donde hasta cayeron unas cervezas.


 Al cabo de un rato ellos decidieron seguir, pero yo viendo a mi compañero de fatigas Guti, del Club Boimorto, decido esperar un poco más descansando y salir con él. La verdad es que me había quemado por el sol y me sentía agotado, así que salimos despacio y vamos hablando con los corredores con los que nos encontramos, comentando la dureza de la subida hasta el refugio.
Ya habíamos pasado lo más duro aunque nos faltaba la mitad del recorrido y no sabía como iban a responder las piernas con lo que me quedaba, pero sabía que Guti era un tío diesel y con el que podría llevar un ritmo cómodo, corriendo cuando el desnivel era más amable y caminando en las subidas. Nos dirigiamos camino de los Lagos de Covadonga y poco a poco fuí recuperando las fuerzas y a pocos kms de llegar a los Lagos decido apurar el ritmo y pienso que aún podría coger a alguno del equipo. Me animo y voy adelantando a corredores que nos habían pasado en los últimos kilómetros y al llegar a los Lagos ya tenemos gente que nos anima y nos levanta el ánimo.

En sólitario me quedaba una de las últimas subidas fuertes, la Porra de Enol, y una vez terminada, bajaría en solitario hasta el avituallamiento del area de Buferrera, donde algunos corredores aprovechaban para coger material que la organización había llevado hasta ese punto. Tras comer bien e hidratarme, vestiría una camiseta térmica, ya que despues de quemarme con el sol y en la larga subida a La Canal, desde antes de llegar a Lagos el tiempo había cambiado para nublarse e incluso refrescar, lo que unido a varias rozaduras de la mochila ya me estaba complicando el día. Despues de pasar un control de material, pregunto si saben cuanto tiempo me sacaba mi equipo y me informan que me sacan unos 20 min, por lo que aún tenía la esperanza de cogerlos si sigo con fuerzas cuando aún me faltaban 15 kms, sin embargo las cosas no saldrían como esperaba. 


De nuevo el camino se complica y paso por senderos con barro, piedras, sube y baja, que será la tónica hasta el final de la prueba, en la que de nuevo me pasa la gente que en la zona de Lagos había pasado tan alegremente. Las fuerzas ya faltan y sobre todo las piernas no responden.

En el avituallamiento de Camba reponemos fuerzas unos cuantos corredores y saldremos de ahí un grupo de tres que ya terminaríamos juntos hasta el final, dándonos ánimo y tirando los unos de los otros. En Demués ya nos informan que es el último avituallamiento y allí algunas personas preguntan por si habíamos visto a su gente a la que aún esperan después de nosotros. Nos faltara todavía una subida que a esas alturas ya nos sobra y que poco despues coincidiremos con los primeros kms del inicio de la prueba. Pero cuando pensamos que está todo hecho aún nos guardan unos buenos descensos por una zona de bosque que con el desgaste que llevamos terminarán con las pocas fuerzas que nos quedan en las piernas. 
A pesar de eso, ya empezamos a oir la música de la llegada y eso nos hace sacar fuerzas de flaqueza para darlo todo, ya que teníamos casi hecho nuestro objetivo, que no era otro que finalizar el primer Ultra Trail Picos de Europa. 

Entramos por la recta final a meta y allí podía ver a parte de mi Coutadas esperando por mí, lo cual me llenó de alegría y satisfacción.



 La primera UTPE era nuestra y no podemos esconder la cara de satisfacción por haberla acabado y a pesar de la dureza de la prueba nos quedamos con los paisajes espectaculares y el ambiente de fiesta que tiene el mundo del Trail, además de la convivencia de este fin de semana en el que el Coutadas es cada vez más familia.











Destacar además la estupenda carrera de René y la subida a La Canal de Trea de Dani, al que sólo le sacó 20 min el más rápido en hacerla, además de los Coutadas que participaron en el TPE y su magnífica actuación.




 
GRACIAS COUTADAS


lunes, 18 de mayo de 2015

TRANSVULCANIA ISLA DE LA PALMA 2015 (por Nando)

Antes de nada pediros perdón por no escribir esta crónica antes, pero realmente le había prometido a mi familia que después de la prueba les iba a dedicar todo ese tiempo que no les había dedicado durante los días previos a la carrera, y sobre todo los 5 o 6 meses antes de la carrera, en los cuales los pasé casi dedicado a la preparación de dicha cita.
Esta aventura da comienzo a finales de noviembre cuando intentando organizar las vacaciones de 2015 me propongo ir a las islas, pues ya en octubre de ese mismo año ya había estado en Lanzarote (también de vacaciones) y a la vez había corrido la Ultra Maratón Haria Extreme y por eso como me había quedado tan buen sabor de boca después de disputar dicha prueba, mi propósito era volver al año siguiente a correr otra carrera en Canarias y con tal motivo nos íbamos de vacaciones otra vez toda la familia. 
Entonces me puse manos a la obra y empecé a buscar en el calendario pruebas que se disputasen en Canarias y entonces encontré la TRANSVULCANIA, que era una carrera que podía entrar dentro de mis posibilidades por los kms que tenía, pues no tenía muchos más que la prueba que había corrido en Lanzarote, así que me dije “esa va a ser mi carrera el año que viene (2015)”; eso si, después de haber leído mucho y mucho de ella, estudiármela a fondo, leer y escuchar muchos comentarios sobre dicha carrera. A partir de ahí empieza a buscar la manera de inscribirme (lo antes posible) pues ya llevaba desde junio las inscripciones abiertas y ya no me quería quedar fuera.
No os podéis imaginar cual era mi ansia por disputar la TRANSVULCANIA, ya que me inscribí sin tener  ni vuelos ni alojamiento ( y sobre todo si me iban a dar las vacaciones en el trabajo durante esa fecha), pero yo estaba convencido de que tenía que correrla y la iba a correr, pues no deseaba otra cosa, ya mi cabeza solo pensaba en el 9 de mayo y por eso tenía que buscar por todos los medios la manera de poder estar en el Faro de Fuencaliente (lugar de salida).
Ese mes de diciembre fue bastante ajetreado pues entre empezar a hilvanar todos los preparativos, que aunque quedaban 6 meses, no quería dejar ningún cabo suelto por que 6 meses pasan rápido como así fue, también empezar a entrenar, pues llevaba desde la última carrera en Lanzarote parado sin hacer nada.
Y ese mes fue cuando también conocí a mis compañeros del Coutadas, que sin dudarlo me abrieron las puertas para poder formar parte de su familia, y que fueron parte fundamental en mi preparación para la TRANSVULCANIA (Gracias chicos).
Los meses previos ya os imagináis, entrenamiento y más entrenamiento, una carrera y otra carrera todo a base de llegar lo mejor posible a esa fecha, sacrificando mucho tiempo libre y lo peor de todo “quitándoselo”, pero desde el principio ellos me animaban y yo sabía que como dice el refrán (el que algo quiere algo le cuesta).
Ya con todos los preparativos hechos y a falta de una semana para la carrera decido correr la Ultra do Barbanza, como último test antes de la prueba y así también probarme, esa carrera me valió de mucho, pues al acabarla me dije a mi mismo que si había podido acabar esa carrera iba a poder acabar la TRANSVULCANIA.
Una vez en la isla ya se puede divisar sus altas montañas sus altas montañas con sus grandes acantilados, zonas verdes con zonas volcánicas. Un gran contraste que no deja indiferente a nadie; por algo la llaman la “isla bonita” y no es para menos.


Llegamos el miércoles al mediodía y nos instalamos en el Hotel La Palma Princess, que es el hotel oficial de la prueba y en el cual se van a alojar todos los top que acuden a la carrera.

 La verdad que rodearte en medio de esa gente es impresionante, pues al contrario que otros deportistas de élite, son gente muy sencilla y amable. 
Os podría decir un sin fin de nombres que allí estaban pero no acabaría, aunque entre otros estaban Dakota, Timothy, 


los hermanos Heras, Carlos Sá, Pablo Villa, Manuel Merillas, Azara, Cristofer Clement, 

 
la peque Leire, Emelie Fosberg, y así muchos más, eso sí, sin olvidarme del gran Depa que es un monstruo y a un transvulcanero como Albert Jorquera, que no la corría pero iba acompañando al equipo Salomón. 



Por cierto, sobre Luis Alberto Hernando, me comentaron que llegó al hotel el día antes de la carrera a las 22:30, se fue al comedor, comió un plato de pasta, dos cervezas y se fue a dormir, que al día siguiente tenía que correr (que figura).
El jueves por la mañana un compañero (amigo) y yo, decidimos ir a hacer la primera parte de la carrera desde el Faro de Fuencaliente hasta el pueblo de Los Canarios para una primera toma de contacto con el terreno y a la vez activar un poco las piernas. Son 7 kms pero todo en subida por senderos estrechos y con un terreno muy arenoso, lo cual me hace pensar que el día de la carrera hay que salir con calma.
Por la tarde me desplazo a los Llanos para recoger los dorsales (mi peque también iba a correr la transvulcania kids) y alrededor de la feria del corredor se respira un ambiente único, un ambiente de fiesta y animación todo en relación a la carrera, es un ir y venir de gente (corredores) y todos disfrutando de esa fiesta con actuaciones, bailes, juegos e hinchables para los más pequeños, ¡toda una fiesta!.

El viernes otra vez con mi amigo decidimos por la mañana salir a rodar un poco por asfalto y una distancia de 6 kms muy suave para preparar las piernas para el día siguiente (gran día).
Esa noche como las noches anteriores, decido hacer lo mismo sin variar nada (lo único la cena a base de pasta) y poco más, pues al día siguiente íbamos a desayunar a las 2:30 h de la mañana.
Me acuesto a las 23:00 h como todos los días anteriores aún sabiendo que iba a tener que madrugar mucho, pero sabía que los nervios no me iban a dejar dormir más y por eso decido no acostarme antes. Os puedo asegurar que esas 3 horitas que dormía me supieron a gloria, como si hubiese dormido toda la noche.  

EL GRAN DÍA LLEGÓ

Me levanto a las 2:15 de la mañana, me doy una pequeña ducha y empiezo a vestirme toda la ropa que ya había dejado preparada minuciosamente el día anterior, para tener todo preparado y no tener ningún contratiempo, para tampoco molestar a mi mujer e hijo que a esas horas están durmiendo.
Una vez preparado, entro en la habitación, le doy un beso a mi mujer (que me desea toda la suerte del mundo y que lo disfrute) y otro a mi hijo, el cual duerme placidamente ajeno a lo que va a hacer papá. Me dirijo al comedor que ya abrió a las 2:30h para los desayunos y me pongo a desayunar. Hago un desayuno bastante fuerte, pues hasta las 6 no empieza la carrera y hasta el km 24 no hay avituallamiento sólido. Me hago con un par de plátanos y un puñado de frutos secos para meter en la mochila y me dirijo a la entrada del hotel donde a las 3:30 h nos vienen a recoger los buses para llevarnos al Faro.
La distancia desde el hotel no es muy larga, solamente 8 km, pero por problemas de logística (el sitio no es demasiado grande y el acceso no es demasiado fácil), pues hay que darse cuenta que íbamos a ser 1800 corredores del Ultra, más los de la media maratón que salían una hora más tarde que nosotros (7 de la mañana).


Llegamos al faro hacia las 3:45 horas(fuimos los primeros en llegar), hacía bastante aire, por lo cual nos tuvimos que resguardar en un lateral del faro mientras seguían llegando más autobuses y con ellos más y más corredores.

Durante esas 2 horas y pico que se presumía angustiosas, la vedad que se pasaron bastante rápido, pues a la vez que cambiabas impresiones sobre la carrera con otros corredores, ya te mandaban pasar por el control de chip y a las 5 empezó a amenizarnos la espera el gran Depa con su inconfundible voz, entrevistando a los top y con gran variedad de música, entre ellas la canción de la TRANSVULCANIA mientras el reloj enfocado en aquella pared apuraba sus últimos minutos rápidamente.
Cuando eran las 5:55 h ya se masticaba más tensión y nerviosismo en el ambiente, todos estábamos deseando que llegara la gran hora y a la vez poder escuchar el grito de Depa con el 3,2,1 Vaaaaaamoooooossss. Ese momento fue único, en dos palabras IMPRE-SIONANTE (no se me olvidará nunca), y mientras lo estoy contando se me pone la piel de gallina.
Nos pusimos en marcha y no os podéis imaginar que estampa más bonita, ver toda esa serpiente de luz subiendo por aquella montaña (digno de ver), una de tantas cosas bonitas durante la carrera, si no la que más. El sendero era estrecho y la gente quería pasar por donde fuera (por los laterales, subían por las piedras) realmente una auténtica pasada, yo creo que no eran conscientes de que teníamos muchas horas y muchos kms por delante. Pero yo creo que al final la carrera pone a cada uno en su sitio (como así pasará después).
Cuando llegamos al pueblo de Los Canarios, en el km 7 y en el que estaba el primer avituallamiento, quedé impresionado, pues eran poco más de las 7 de la mañana y el pueblo entero se había echado a las calles, parecía que ya era la llegada de la carrera con gran multitud de gente animando sin parar y ahí me di cuenta de lo valioso de la carrera, pues esa gente estaba volcada a ambos lados de la calle por las cuales sólo podíamos pasar de a uno (como si estuvieramos en el Tour de Francia), otra de las imágenes para recordar siempre, pues te hacían sentir como si fueras el que ibas de primero.
En el avituallamiento me paro como 5 minutos a beber y a disfrutar de aquel ambiente que se estaba viviendo y que me estaba cargando de fuerzas para poder afrontar todo lo que me pudiera venir después. Después de mi primera parada empieza la marcha cargada de ánimos y mucha ilusión que me había transmitido toda aquella gente y empiezo a subir más escaleras en los más alto del pueblo que nos llevaría a adentrarnos otra vez en otro sendero, ya camino de Las Deseadas km 17, donde encontraríamos el siguiente avituallamiento y donde llegaría con casi 3 horas de carrera y en constante subida desde Los Canarios, lo peor de todo ese primer tramo de la carrera desde la salida era el abundante polvo que reinaba en el ambiente y por lo que yo había decidido salir con un buff mojado para poder prevenir futuros imprevistos, como dolores de estómago o sequedad en la garganta entre otros.
En ese avituallamiento también sólo líquido, como en el de Los Canarios, intento beber mucho y recuperar fuerzas por lo cual no reparo a la hora de parar bastante tiempo, pues desde la salida a nivel del mar, en esos 17 km, habíamos subido hasta 1931 m +. Ya habiéndome hidratado bien, comerme el último de los plátanos que había llevado, unos frutos secos y haber bajado un poco las pulsaciones, decido emprender la marcha hacía el Refugio del Pilar, que sería el tercer avituallamiento en el km 24.
Empezamos por un ligero llaneo por zona de arboleda y después de unos cuantos kms empezamos una ligera bajada hacia El Pilar, de unos 3 o 4 kms, y cuando me faltaba como 1 km para el avituallamiento, me pasó veloz como un rayo en plena bajada (que es mi terreno favorito) Azara, que venía disputando el primer puesto femenino de la media maratón, e intenté seguirla, pero unos cuantos metros más adelante la cabeza me dijo, “Nando, que a ti aún te quedan 50 kms más y ella ya va a acabar”, con lo cual volví al ritmo que llevaba, que ya era bastante bueno. Una bajada que me vino genial para recuperar algún puesto perdido durante la subida hasta Las Deseadas.
Ya en el avituallamiento de El Pilar, donde llegué con 3:51 h, me paré mucho más tiempo pues era el primero con sólidos y me comí una barrita, mucha fruta, un pastelito y como no, gominotas, aparte de beber bastante como me había aconsejado mi amigo Albert Jorquera.
Una vez acabado, me pongo en marcha, subimos como 200 m por una carretera y giramos a la izquierda por una pista ancha y muy horrible, la única durante la carrera de no muchos kms, aunque en ligero ascenso hasta el avituallamiento del Reventón en el km 32, donde vuelvo a parar como unos 10 minutos para comer y beber bien, pues sabía que después de eso volvía otra parte de la carrera bastante durilla hasta el pico de la cruz en el km 44, por el que íbamos a pasar por zonas muy secas y descubiertas y a esas horas ya iba hacer mucho calor, por lo que había que ir bien preparados.
Ya subiendo para el Pico de la Cruz, me encuentro con unas vistas impresionantes, con un recorrido precioso, pasando por zonas boscosas, por acantilados, barrancos y bordeando cráteres de volcanes. Qué decir de las vistas que nos íbamos encontrando, por las que en momentos estabas por encima de las nubes y en otras podías divisar otras islas como Hierro, Gomera y algo de Tenerife (algo único). Yo os lo cuento pero realmente hay que vivirlo para disfrutarlo.
 





Ya en esa subida me paro a observar y un francés empieza a sacarse fotos, por lo que decido sacar también mi móvil y pedirle por favor que me sacara alguna foto como después hice yo con él.
En plena subida al Pico de la Cruz ya se empiezan a ver los primeros síntomas de cansancio y deshidratación en la gente, pues unido al calor que hacía, se juntaba que el avituallamiento no daba llegado y la gente lo iba pasando mal. Yo seguía haciendo mi carrera, en lo personal intentando ser inteligente y correr cuando se podía correr y andar cuando había que andar, siempre dosificarme al máximo.
Era un día de muchísimo calor y yo seguía los consejos de Albert, que me recomendó por activa y por pasiva que comiera y bebiera mucho, pues iba a ser fundamental en el devenir de la carrera. Y así lo llevaba a cabo en todos y cada uno de los avituallamientos, a la vez que intentaba relajarme y recuperar fuerzas para volver a correr.
Llego al Pico de la Cruz situado en el km 44 más o menos (aunque por el reloj da 47 o 48 casi) con 7:34 h y lo mejor que con muy buenas sensaciones, muy bien de piernas y mientras estoy bebiendo y comiendo pienso que ya me queda poco para coronar el punto más alto, que es el Roque de los Muchachos, y que posiblemente allí me esté esperando mi familia. Los 5 o 6 kms que me faltan hasta el Roque son muy duros, con grandes pendientes, pues no nos olvidamos que es el punto más alto de la carrera con casi 2500 m de altitud.
Poco a poco voy subiendo, pensando en lo que me puede estar esperando arriba y viendo gente sin fuerzas sentados a los lados del camino intentando recuperarlas para afrontar tan dura subida y también desafiar el calor que estaba haciendo en esos momentos, pues debían ser las 15 h casi.
Cuando me faltan ya muy poquitos metros para coronar el alto, entre muchas voces escucho una voz que dice “vamos papá que tú puedes”, levanto la cabeza y veo a mi mujer diciéndoselo a mi hijo para que me animara a acabar la subida.
Una vez arriba los agarro y les doy un beso como si hiciera 2 años que no les viese, pues para mi verlos allí era como ver a dos ángeles en el fin del mundo y para mí significaba mucho para poder acabar la carrera sabiendo aún todo lo que me quedaba, que no era poco, como unos 23 km y después de llevar 8:34 h desde que había empezado.
En el avituallamiento bebo, cambio el líquido de mi bolsa de hidratación, que parecía caldo, pero ya no soy capaz de comer nada, pues los geles que me fui tomando ya me tenían el estómago medio delicado. Algún que otro trozo de fruta es lo único que ya podía ingerir de sólidos. Después de estar un rato largo en el avituallamiento con mi familia, decido seguir la marcha (lo mejor que me pudo pasar fue encontrarme a mi familia), fue todo un subidón y más sabiendo todo el esfuerzo que tuvieron que hacer para llegar hasta allí. GRACIAS, OS QUIERO.
Sabía que del Roque a Tazacorte iban a ser 18 km en bajada, de 2500 m de altitud hasta el nivel del mar y sobre todo una bajada muy técnica en muchas partes y las piernas traían 50 km encima, pero yo tenía piernas pues las había sabido gestionar muy bien, y por lo tanto en la bajada iba a intentar lanzarme.
Al principio de la bajada no hubo problema, iba con el guión establecido, pero llegamos a una zona muy técnica de piedra y ahí la rodilla me empezó a avisar de que estaba sufriendo, por lo cual decido hacer parte de esa bajada andando, pues aún quedaban como 12 km de bajada y no quería sufrir ningún percance, cuando veía alguna zona horrible, intentaba correr, pero si la veía complicada me echaba a andar, hasta llegar al penúltimo avituallamiento del Time en el km 61 y con más de 10 horas en las piernas.
Ahí me refresco mucho con agua por la cabeza, me hidrato bien, me siento en un muro a descansar y darle un respiro a la rodilla maltrecha. Después de unos  10 ó 15 minutos decido emprender la marcha de camino a Tazacorte, pero aún me quedaban como 7 km de bajada. El descanso le vino bien a mi rodilla y afronto la bajada con decisión y valentía, intentando que se acabara esa tortuosa bajada y así poder llegar al Puerto de Tazacorte.
Llego a un punto en el que encuentro más vistas impresionantes, desde donde se puede ver el Puerto de Tazacorte y Los Llanos (final de la carrera).
Unas vistas maravillosas y por lo tanto decido sacar el móvil para sacar una foto, precisamente en ese momento está pasando una chica caminando por el camino hacia arriba y le pregunto si me puede ella sacar la foto a lo que se presta muy amablemente, con la desgracia  de que cuando le doy el móvil mío no funciona y ella se presta sin dudarlo a sacarme una foto con su móvil y a enviármela después. Un encanto de chica.
Una vez sacadas las fotos me despido de la chica y vuelvo a ponerme a correr sin antes despedirme y agradecerle mil veces el detalle que había tenido conmigo.
En esa bajada empiezo a sentirme bien de la rodilla y adelanto a bastantes compañeros que iban  casi frenados por que las articulaciones y sobre todo los cuadriceps estaban a punto de reventar.
Yo me crezco y me vengo arriba, pues veo que la gente va igual o peor que yo, y  eso me anima a darle más. El último tramo de bajada es por donde se hace el km vertical y desde allí ya se divisa el puerto.

Al acabar la bajada entro en el Puerto de Tazacorte en  pleno paseo donde estaba ubicado el último avituallamiento,  al igual que en todos los sitios, estaba lleno de gente animando sin cesar a todos los que allí íbamos llegando muy dispersos ya, pero la gente no se movía esperando a que llegaran más valientes para poder animarles. En Tazacorte y con un tiempo de 11:13 h de carrera me siento en una silla mientras me sirven bebida y como un par de trozos de sandía (que era lo que más me apetecía) y me refrescan la cabeza.
Estoy como 10 min viendo el reloj y pienso que faltándome solamente 5 km puedo acabar la carrera en menos de 12 horas, que era una de la ideas que tenía antes de empezar la carrera y estaba a punto de conseguir, por lo que me motivé para hacerlo y pensaba “no me queda nada”, por lo que arranqué.
Corríamos un poco por el paseo después de pasar por unas duchas que nos tenían preparadas debajo de una carpa y con la misma nos desviaban hacia la playa por donde enfilábamos la subida a Los Llanos por el Barranco de Las Angustias, que es como un desfiladero el cual nos llevaba a las empedradas subidas hacia la meta en Los Llanos.
Como bien os contaba antes yo llevaba una carrera muy inteligente y como podréis ver, durante la carrera fui de menos a más intentando escalar algún puesto y lo iba consiguiendo gracias a todo lo que os fui contando, pero cuando empecé a subir por aquellas calles empedradas y a falta de poco más de 2 kms, llevé a cabo uno de los VALORES más importantes y bonitos que existe en este deporte, y que no es otro que el compañerismo por encima de todo y de todos, y del cual me siento muy orgulloso y emocionado al poder contarlo (se me están poniendo los ojos llorosos) y realmente no es para menos.
En ese momento, en el km 71 ya, me encuentro a mi amigo en plena subida con los ojos en blanco, pálido como la leche y en estado de desorientación, un poema el cuadro que me encontré en ese momento.
Yo al verlo así me asusté, pues el pobre no articulaba palabra y lo único que sabía decirme era que no iba poder acabar la carrera (una carrera que yo sabía que le hacía mucha ilusión y que llevaba mucho tiempo preparándola).
Mi primera reacción al verla fue sacar el móvil para llamar a emergencias para que vinieran a buscarlos, pero el teléfono no me funcionaba y el suyo estaba sin batería, por lo que mientras él estaba allí sentado, empecé a pensar que era una pena que a falta de tan poca distancia no la pudiera acabar  y más cuando los demás compañeros que pasaban por nuestro lado le animaban a que no se rindiera e intentara acabar la carrera.
En ese momento me armé de valor y fuerza (que en ese momento ya no tenía muchas) y me dije, “Nando, hay que ayudarle a acabarla (aunque tardemos 2 horas más en llegar) pero por mis……. que iba a acabar”. Le cogí la mochila, me la eché a la espalda, lo levanté y le dije “venga, vamos, que la vamos a acabar”, y así lo agarré por la espalda y empecé a tirar de él ayudándolo  a subir toda aquella pendiente que nos quedaba por delante, mientras los demás compañeros nos animaban cuando pasaba a nuestro lado y nos ofrecían todo tipo de alimento y bebida.
Cuando ya estábamos llegando arriba a falta de unos 500 m, vino un señor a ayudarme a subirlo hasta arriba donde fuera de una casa había una gente ofreciendo bebidas y refrescando a los corredores con una manguera. Al llegar allí lo sentamos un rato en una silla y le dieron agua para beber, al tiempo que le refrescaba la nuca, mientras nos decían que ya estaba acabado y que sólo nos faltaba poco más de 1 km por una avenida y todo llano.
Así que cuando él estuvo un poco recuperado emprendimos la marcha muy poquito a poco, intentando llegar a la avenida y así poder finalizar la carrera.
Cruzábamos esa avenida como si fuéramos el ganador del Tour cuando van por los Parques Eliseos con la gente en las terrazas animando y ofreciéndonos de todo, llamándonos por nuestro nombre escrito en el dorsal, con los niños agolpados a ambos lados  para que les chocáramos las manos. Una entrada maravillosamente genial, impensable en cualquier otra carrera de aquí.
A falta de 500 metros mi amigo me pidió su mochila, se la puso y me dijo que teníamos que entrar corriendo por toda esa gente que nos estaba animando y por su mujer que lo estaba esperando en la línea de meta.
Nos pusimos a correr muy despacito y así paso a paso, metro a metro, llegamos al arco de meta agarrados de la mano, como dos almas en una, en medio de la ovación  reinante y con los ojos vidriosos (yo unos metros antes había cogido a mi niño en brazos  para entrar los tres en meta).Algo indescriptible la emoción sentida en ese momento álgido.

Al llegar, a mi amigo lo llevaron a una carpa de la Cruz Roja y tuvieron que ponerle una vía para meterle suero, pues tenía deshidratación extrema. Por eso era tan importante la hidratación, y no fue el único.
Yo creo que hice lo que debía (y lo que me gustaría que hicieran por mí) aún sacrificando mis objetivos, por ayudar a un compañero, por eso me siento igualmente ganador, pues el ayudar a alguien en ese estado a acabar esa carrera no hay medallas ni trofeos que lo paguen.

SOMOS FINISHER


Muchas gracias a todos los palmeros SOIS GRANDES!!!!!

Y no quiero olvidarme de agradecer a mi mujer e hijo por ayudarme, apoyarme y seguirme en todas estas mis locuras.

OS QUIERO


Agradecer también a Javier, Director del Hotel La Palma Princesa su amabilidad y cordialidad.

UTPE- Por los Picos de las mil y una vacas. Por Laura

Todo empieza el 2 de octubre del 2014 cuando el liante de Luis me inscribe al Trail de Picos de Europa.
Una carrera de 33km y más de 2.000m de desnivel positivo. Menuda animalada pensaba, en mi vida había hecho algo similar en plan carrera (si había hecho andainas y caminatas más largas pero no carreras).
Bueno, el tema es que una vez inscrita ya está armada, así que hay que entrenar e ir.
Apenas llevaba unos meses corriendo con lo cual se antojaba un reto importante, y para el colmo voy y me lesiono ese mismo mes de octubre. Un pequeño gran calvario que me ha acompañado desde entonces, pero que me ha permitido competir en alguna otra carrera y entrenar aunque no de la forma que me hubiese gustado.
En fin, más o menos entrenada, muy motivada y con mucho pánico allá llega el viernes 15 de mayo en el que arrancamos rumbo a Benia de Onís a por el dorsal y a Corao donde teníamos alojamiento reservado (hotel rural "El Espino", muy recomendable por cierto).
Primero pasamos por el hotel, nos registramos, dejamos las cosas y nos vamos para Benia de Onís. La entrega de dorsales empezaba a las 17:00. Llegamos en torno a las 18:00 y aquello ya estaba hasta la bandera de corredores para recoger sus dorsales y pasar el control para los inscritos en la ultra de 50km.
Cogemos los dorsales y nos encontramos con gente conocida con la que charlamos mientras esperamos a que el resto del equipo hiciese acto de presencia.
Llegaron un poco justos porque a uno de los compis se le estropeó el coche en el viaje de ida y tuvieron que llamar a la grúa, ir por un coche de sustitución, vamos un lío...
En cuanto nos saludamos, nos sacamos una foto, recogen ellos su material y nos vamos a tomar algo a una sidrería junto al alojamiento donde están el resto de compis de equipo.

Nos despedimos, nos vamos a cenar y para cama que el sábado toca madrugar.
El sábado nos despertamos a las 5:15, nos vestimos, desayunamos y arrancamos para la salida temprano porque queríamos sacar una foto de equipo antes de la salida del ultra. A pesar de haber madrugado llegamos justos y ya estaban todos los corredores en la zona de salida a pocos minutos de comenzar su prueba, no pudimos hacer más que saludarlos a lo lejos y desearles suerte.
Una vez que arranca el Ultra nos quedamos Mariano, Nando, Luis y yo que no saldríamos hasta las 8:15 con lo cual nos fuimos a tomar un café.

Se acerca la hora, los nervios que hace días que me acompañan se hacen más fuertes, apenas unos minutos para la salida.
Me da miedo, no para de rondarme por la cabeza que afloren las molestias y me impidan terminar la prueba.
Nos colocamos en la zona de salida, Luis se pone en primera línea y nosotros 3 nos vamos hacia el final. Nos sacamos foto pre salida y me agarro la rodilla y le digo "Pórtate bien!"


PUM!! dan la salida!!
Los primeros metros son por la calle principal del pueblo y al poco cogemos un sendero estrecho en subida. El ritmo es lento, me acompaña Mariano, Nando se va adelantando y se pierde entre la multitud.
La primera mitad de la prueba es prácticamente constante subida, yo voy a mi ritmo lento pero constante y voy adelantando a otros corredores. Al rato pierdo de vista a Mariano (tienes que entrenar más jejeje).
En plena zona de subida nos encontramos con las primeras vistas impresionantes. Verdes valles con montones de enormes rebaños de enormes y musculadas vacas, vista que será constante durante todo el trayecto junto con las sempiternas cumbres nevadas de las montañas más altas de Picos de Europa.

En medio de la zona de subida nos encontramos con una zona de bajada que me hace temer que puedan aparecer molestias en la rodilla. Bajo a ritmo muy suave por este motivo pero no tuve ningún problema.


Seguimos subiendo hasta llegar la la bifurcación de las 2 pruebas. Nosotros nos desviaríamos hacia los Lagos de Covadonga y los participantes de la Ultra lo hacían hacia la garganta del Cares.
La zona de los Lagos es impresionante y el tiempo ha sido perfecto con lo cual pude disfrutarlo. Rodeamos los 2 lagos, en esta zona las piedras resbalaban mucho con lo cual había que ir con mucho cuidado, sobre todo en la parte que tenías que ir a la orilla del agua por si no querías pegarte un buen chapuzón.


Entre el primer lago y el segundo nos encontramos con la subida más dura de la carrera, la afronto con calma y sin dificultad.
En esta zona había mucha gente animando y sacando fotos lo cual se agradece y mucho.
Una vez llegado al avituallamiento junto al segundo lago empezamos la larga zona de bajada. En este avituallamiento me da un bajón de moral cuando me dicen que es el km 15 cuando mi Fenix marca 20km, contrasto con otra corredora que también le marca 20. Qué faena!! Continúo el recorrido y pregunto a otros corredores cuántos km de carrera llevábamos y todos coincidían en que ya eran más de 20km.
Continúo con cuidado porque los senderos de bajada estaban muy resbaladizos y en algunas zonas con mucho barro. Estoy a punto de perder una zapatilla en una zona de barro cuando meto de lleno el pie hasta el tobillo y sentí como casi me sale la zapatilla.
A partir de aquí me uno a un corredor que me acompañará hasta casi el final de la prueba, creo recordar que se llamaba Daniel.
A medida que me iban quedando menos km iba pensando "me siento genial, ojalá pueda terminar así"

Al poco de pasar el último avituallamiento me llama Luis para saber si sigo viva. Le comento que voy bien, sin molestias y que me quedan unos 4km. En la zona de meta me esperarán él y Nando.
En los últimos km mi compañero de viaje desde el inicio de la bajada se viene un poco abajo e insiste que yo siga a mi ritmo, no muy conforme lo hago no sin antes desearle suerte.
Empiezo a correr y al poco rato nos encontramos con la parte que coincidía con la zona de inicio y ya se escucha a lo lejos el speaker de meta.
Me olvido de las piernas, cansancio, etc... y me dejo llevar por la última bajada hasta llegar al pueblo donde hay bastante gente recibiéndote con ánimos y aplausos.
Encaro la recta de meta con cara sonriente y allí está el speaker que me da la enhorabuena y también Luis y Nando.
Cruzar la meta me ha producido una mezcla de euforia, satisfacción y felicidad...
Reto conseguido!!!

En cuanto a los números, la carrera según mi gps fueron aprox 34,5 km y 2.200m de desnivel positivo, 5h30m, puesto 129 de la general y 10ª de la clasificación general femenina de las 47 participantes que cruzaron la meta.
Súper satisfecha!!

 
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